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Capítulo 5 Conclusiones
La equinoterapia utiliza ejercicios y juegos a caballo con el fin de estimular y motivar al
niño. A través de las actividades se logra que el niño se sienta cómodo y desarrolle una actividad
de disfrute al aire libre, en contacto directo con la naturaleza que, además de tener efectos
favorables a nivel psíquico y emocional en el niño, habilita la posibilidad de salir de la rutina
de una terapia convencional, es por ello que, como terapeutas, al ver que el alumno no coopera
en la sesión se decide intentar en la siguiente sesión ya que no se pretende que sea una
experiencia amarga para él, sin embargo, los alumnos con autismo, tienden a ser muy rutinarios,
y las primeras sesiones para el serán incómodas porque es algo desconocido para ellos, pero
poco a poco se van adaptando hasta el punto de llegar a disfrutar la sesión y al mismo tiempo a
obtener un estímulo positivo en ellos, de esta manera los caballos resultan ser auténticos
recursos terapéuticos ya que, a través de la diversión, la amistad y confianza que estos generan,
ayudan a mejorar tanto aspectos físicos como psíquicos del paciente.
Esta investigación tuvo como fin describir los efectos percibidos por padres de niños que han
practicado equinoterapia, y de acuerdo con los resultados obtenidos a lo largo de la
investigación, por medio del análisis de los cuestionarios aplicados a los padres de familia que
llevan a sus hijos a las sesiones de terapia, se obtuvo que por medio del uso de la equinoterapia,
en las áreas de leguaje y comunicación, motriz, conductual, social (Interacción social) y
emocional, los alumnos que presentan el Trastorno del Espectro Autista, se ven altamente
beneficiadas, siendo demostrado con avances significativos en todas la áreas mencionadas con
antelación el aumento de la comunicación reflejado en la adquisición del lenguaje oral, en
diversos niveles, en su funcionamiento cognitivo, en su desarrollo motriz, aspectos psicológicos
de la conducta, su interacción social, en su área emocional, la flexibilidad de adaptación a cosas
nuevas, su autonomía y calidad de vida, quedando en evidencia que el contacto con el caballo
proporciona estímulos y sensaciones que ayudan a la mejoría en estas áreas.
Según Gross E. (2006), la rehabilitación ecuestre se puede considerar como una terapia
integral, que no solo cumple funciones fisioterapéuticas, sino que también ofrece amplios
beneficios en el área psicológica. Se puede utilizar como terapia complementaria a otras
fisioterapias o psicoterapias, por ende, esta terapia es considerada un tratamiento no invasivo
que complementa otros tratamientos, nunca los sustituye, por lo cual no debe considerarse como