Page 29 - SARA ALVAREZ CORPUS
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                  efectúa también durante la monta, solo que en este caso no es el terapeuta el que estimula sino

                  el caballo mismo. La transmisión de estos impulsos fisiológicos rítmicos y regulares forman la
                  base  de  la  hipoterapia  lo  que  la  convierte  en  una  fisioterapia  con  amplios  efectos  sobre  la

                  neuromotricidad.
                     Es de suma importancia que el caballo produzca impulsos suficientemente fuertes, rítmicos

                  y regulares. El ritmo regular es sumamente importante, en especial para la regulación del tono

                  muscular y el desarrollo de la simetría corporal. La transmisión rítmica, continua y alterna de
                  los impulsos fisiológicos emitidos desde el lomo del caballo estimula a que el tejido muscular

                  haga un trabajo rítmico y coordinado que favorezca la coordinación sutil del tronco. Los efectos
                  benéficos colaterales de la transmisión de los impulsos rítmicos son efectos funcionales sobre

                  la peristaltis del intestino y el sistema respiratorio.

                     La  actividad  intestinal  se  estimula  mediante  el  movimiento  pélvico,  corrigiendo  así  las
                  irregularidades de la digestión causadas por falta de locomoción. La posición erecta del tronco

                  libera  el  diafragma,  por  lo  que  la  respiración  se  hace  más  profunda  y  regulariza  su  ritmo,
                  convirtiéndose la equinoterapia en un poderoso auxiliar en disfunciones respiratorias, así como

                  en cualquier disfunción motora de origen neurológica, traumática o degenerativa. (Gross, 2006).

                     b)  Valor psicoterapéutico:  La percepción corporal  de los impulsos rítmicos y regulares

                  provoca en el jinete una serie de experiencias psicosensoriales que se aprovechan en el área
                  psicológica. El  efecto mecedora del caballo estimula, al igual que la transmisión del calor,

                  experiencias  regresivas  liberando  traumas  y  bloqueos  psíquicos.  Los  impulsos  mueven  el

                  cuerpo del jinete y también todo su ser psíquico. La sensación de dejarse mover y poder avanzar
                  sin  aplicar  una  acción  propia,  podría  ser  un  factor  clave  en  la  relajación  psíquica  y  en  la

                  reconstrucción de la confianza primaria en sí mismo y en el mundo que rodea al paciente. La
                  sensación de impulso hacia adelante y avance, restablecen la confianza en el propio yo, por lo

                  que  la  persona  experimenta  nuevas  reacciones  psicológicas  en  relación  con  él  mismo  y  su
                  entorno. Los tres aires del caballo (paso, trote, galope) con su diferente ritmo (paso: 4 tiempos,

                  trote: 2 tiempos, galope: 3 tiempos) se aprovechan para inducir estados psíquicos distintos, ya

                  sea de relajación o de animación (Gross, 2006).
                         Tercer Principio: Transmisión del patrón de locomoción tridimensional equivalente al

                  patrón fisiológico de la marcha humana.
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