Page 30 - SARA ALVAREZ CORPUS
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a) Valor fisioterapéutico: Este patrón fisiológico tridimensional transmitido por el
movimiento del lomo del caballo lo utiliza el ser humano durante la marcha, por tanto, adquiere
suma importancia para personas con disfunciones en la locomoción.
El cerebro humano no solo registra movimientos aislados, sino toda una gama de
patrones motores. El patrón fisiológico de la marcha humana que el paciente realiza durante la
monta se graba en el cerebro y con el tiempo se automatiza, lo que posibilita su transferencia a
la marcha pedestre ya que el patrón de locomoción tridimensional del caballo es equivalente al
patrón fisiológico del ser huma no (Gross, 2006).
Ernst y De la Fuente (2007), señalan que el paso del caballo transfiere al jinete de noventa a
ciento diez oscilaciones tridimensionales por minuto. Ellas son:
✓ Oscilaciones alrededor del eje sagital- transversal: originan un descenso caudal de la
pelvis de unos cinco centímetros y siete u ocho centímetros de la derecha a la izquierda, con
flexión lateral de las vértebras lumbares respecto al sacro de unos dieciséis grados. El resultado
es una abducción/aducción de cadera.
✓ Oscilaciones alrededor del eje fronto-sagital: rotación de la pelvis sobre el eje
longitudinal del cuerpo de unos 8º y de 19º para las vértebras lumbares. Ello origina un efecto
de rotación interna y externa de la cadera.
✓ Movimiento sobre el eje fronto- transversal: el resultado es una oscilación de extensión/
flexión de la pelvis, que depende de la velocidad y ritmo que marca el impulso del caballo al
andar de atrás hacia adelante.
El propósito del tercer principio es desgravar y automatizar el patrón fisiológico de la
marcha, restablecer la flexibilidad y elasticidad de los ligamentos pélvicos, disolver contracturas
musculares y propiciar un balance dinámico del tronco y de la cabeza que conduzca hacia su
estabilización. Cuando el caballo marcha al paso, provoca un impulso hacia delante, mientras
que su dorso oscila en las tres direcciones a niveles diferentes: longitudinal, vertical y
horizontal. El jinete recibe estos efectos cinéticos y, con ello, se logra una estimulación múltiple:
✓ Táctil y cinestésica, mediante el contacto físico de su cuerpo con el del caballo y las
múltiples percepciones que genera el movimiento del animal.
✓ Vestibular, desde el momento que está sobre un asiento “reactivo”.