Page 6 - JOSUE DAVID DANIEL TREVIÑO FERMIN
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Introducción.
Las expectativas educativas son las creencias que tienen los estudiantes, los docentes y
las familias sobre el nivel educativo máximo que se puede alcanzar en el futuro. Estas
expectativas influyen en el logro educativo y social de los estudiantes, así como en su
motivación, autoestima y aspiraciones. Por eso, es importante analizar los factores que
determinan las expectativas educativas de los diferentes actores involucrados en el proceso
educativo.
Un factor que influye en las expectativas educativas es el rol del profesorado. Los
docentes tienen un papel fundamental en la formación y el desarrollo de los estudiantes, no solo
desde el punto de vista cognitivo, sino también afectivo y social. Los docentes transmiten a los
estudiantes sus propias expectativas sobre ellos, que pueden ser altas o bajas, realistas o
idealizadas. Estas expectativas pueden afectar al comportamiento, al rendimiento y a la
autoimagen de los estudiantes, generando un efecto de profecía autocumplida1. Por eso, es
importante que los docentes tengan expectativas altas sobre todos sus alumnos, sin
discriminarlos ni etiquetarlos por su origen social, su género, su etnia o sus capacidades.
Finalmente, otro factor que influye en las expectativas educativas es la relación entre la
familia y la escuela. La familia es el primer agente educativo de los hijos e hijas, y tiene una gran
responsabilidad en su formación integral. La familia debe apoyar, motivar y orientar a los hijos e
hijas en su proceso educativo, así como participar activamente en su seguimiento y evaluación.
La familia también debe colaborar con la escuela, estableciendo una comunicación fluida y
respetuosa con el profesorado, compartiendo objetivos e intereses comunes, y asumiendo
compromisos mutuos. La relación entre la familia y la escuela debe ser de confianza,
cooperación y corresponsabilidad, para favorecer el desarrollo óptimo de los estudiantes.
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