Page 34 - NATALIA ISABEL MUÑIZ ESTRADA
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                resignarse. Al no visualizar alternativas o soluciones, se sienten pesimistas y derrotados, lo cual
                erosiona aún más su autoestima. En estos casos es muy común el razonamiento en términos de

                blanco o negro, con dificultades para percibir los matices de gris entre los extremos.

                       Los temores catastróficos y los patrones de conducta destructiva se originan por lo general
                en los múltiples traumas y pérdidas vividos en la historia familiar.

                       Las continuidades entre el pasado, el presente y el futuro en los pasajes del ciclo vital

                pueden trastocarse. Los traumas pasados pueden estar vivos en el presente, reactivados por nuevas
                experiencias o debido a una preocupación constante, como si los sucesos dolorosos de mucho

                tiempo atrás hubiesen ocurrido ayer.
                       Cuando las familias son golpeadas por graves y persistentes condiciones adversas que

                escapan en gran medida a su control, es preciso ayudarlas a contrarrestar una penetrante sensación
                de impotencia y desesperanza. Si nos encontramos con familias que al principio parecen resistirse

                a recibir ayuda, es importante no claudicar, si les transmitimos nuestra creencia en su potencial

                como profesionales, ayudaremos a las familias a creer en sí mismas y podremos, así, fomentar el
                orgullo, el coraje, la perseverancia y la esperanza en el futuro.

                       Las familias precisan no solo resolver problemas, sino también encontrar objetivos de
                vida, según el grado de importancia que tenga en su vida la religión, puede ofrecerles una visión

                superadora de sí mismos y ayudarlos a enfrentar los desafíos. Los recursos espirituales pueden
                constituir un auténtico salvavidas para los miembros de la familia, brindándoles consuelo y fe en

                que habrá tiempos mejores e infundiéndoles, al mismo tiempo, coraje para dar lo mejor de sí a fin

                de superar las barreras al éxito. Cuando las familias se conectan a sus sueños para el futuro, surgen
                soluciones para los problemas y se fortalece su orgullo y dignidad.

                3.  Procesos comunicativos

                       -Claridad:  cuando  la  comunicación  es  clara,  las  familias  funcionan  mejor.  Su
                vulnerabilidad aumenta cuando la falta de claridad es generalizada: cuando todos hablan al mismo

                tiempo de diferentes temas y no se escuchan entre sí. Las palabras y acciones de los padres no
                coinciden.    Los  mensajes  se  desvirtúan  y  los  miembros  se  creen  capaces  de  adivinar  el

                pensamiento de los demás y así las ideas y sentimientos de uno y otros se confunden. Cuando los
                mensajes  son  vagos  o  se  evitan  los  temas  que  producen  angustian,  los  asuntos  importantes

                permanecen en la sombra.

                       -Expresión sincera de las emociones. La acumulación de tensiones familiares aumenta las
                reacciones emocionales. Las interacciones negativas reiteradas corroen los sentimientos de los
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