Page 43 - PAULINA MARIELA RODRIGUEZ LIÑAN

intelectual también tienen derecho a una educación de calidad. Sin embargo, a menudo se

enfrentan a barreras y obstáculos en el sistema educativo que dificultan su acceso y
participación plena, que en este caso serían las diferencias sociales.

Es necesario que se adopten medidas específicas para garantizar que las personas con
discapacidad intelectual puedan recibir una educación de calidad que les permita desarrollar al

máximo sus potencialidades y participar activamente en la sociedad.

Esto incluye la adopción de enfoques inclusivos y la implementación de estrategias
pedagógicas adecuadas, como el diseño universal del aprendizaje, para que todos los

estudiantes tengan acceso a una educación de calidad.

De este modo, la inclusión ha de ser vista como una búsqueda constante de mejores

maneras de responder a la diversidad del alumnado. Se trata de aprender a vivir con la
diferencia y a la vez de estudiar cómo podemos sacar partido a la diferencia. La inclusión no

solo consiste en aceptar y tolerar la diversidad, sino también en sacar provecho de ella.

Esto significa que los docentes y los centros educativos deben aprender a reconocer y
valorar las habilidades y potencialidades de cada estudiante, incluyendo a aquellos con

discapacidad intelectual, para que puedan desarrollar todo su potencial y participar
plenamente en la vida escolar y social. Para nuestros alumnos con discapacidad intelectual,

esto significa un esfuerzo constante para encontrar nuevas estrategias y recursos que les

permitan tener acceso a una educación de calidad.

Así mismo, en algunos países, se piensa en la inclusión como una modalidad de

tratamiento de niños con discapacidad dentro de un marco general de educación. Considero
que este enfoque limitado de la inclusión, que se enfoca solo en los niños con discapacidad, es

problemático porque puede perpetuar la segregación y la exclusión en lugar de fomentar la

igualdad y la participación plena de todos los alumnos, incluidos aquellos con discapacidad
intelectual.

Por esto mismo, la inclusión debe ser vista como un enfoque global que implica el
desarrollo de políticas, prácticas y entornos educativos que promuevan la participación y

significativa de todos los alumnos en el aprendizaje y la vida escolar.

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