Page 45 - PAULINA MARIELA RODRIGUEZ LIÑAN

garantizar su participación en la vida escolar y su bienestar en el entorno educativo, como lo

he estado trabajando en mi informe. Además, se enfatiza que la educación inclusiva también
tiene que ver con el aprendizaje y el progreso académico, asegurando que todas las personas

tengan las mismas oportunidades de adquirir las habilidades y competencias necesarias para
una vida adulta satisfactoria. Es importante destacar que esto también se aplica a las personas

con discapacidad intelectual, quienes merecen las mismas oportunidades que todos los demás

alumnos para aprender y progresar en su educación.

Sabemos que, con frecuencia, a las personas con discapacidad física o sensorial se les

ha tratado como incapaces sin serlo. Esto es una discriminación injustificada, una seria
violación de derechos. Así mismo, es importante tener en cuenta que esto también ocurre con

las personas con discapacidad intelectual. A menudo, se las considera como personas que no
pueden aprender, que no tienen capacidad para tomar decisiones o que no pueden participar

activamente en la sociedad. Esta visión negativa y estereotipada de las personas con

discapacidad intelectual es un obstáculo importante para su inclusión en todos los ámbitos de
la sociedad, incluido el ámbito educativo.

Es necesario reconocer que todas las personas, independientemente de sus

capacidades, tienen derecho a una educación de calidad que les permita desarrollar todo su

potencial. En el ámbito educativo, esto implica adoptar un enfoque centrado en la persona, que

tenga en cuenta sus necesidades, intereses y habilidades individuales, y que proporcione los

apoyos necesarios para que puedan aprender y participar plenamente.

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