Page 44 - PAULINA MARIELA RODRIGUEZ LIÑAN
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Prosiguiendo con dos autores diferentes, mencionan que es importante reconocer que
el campo de la educación inclusiva está plagado de incertidumbres, disputas y
contradicciones, en parte inevitables pues en el fondo tiene una naturaleza dilemática que
necesariamente genera tales situaciones (DYSON y MILWARD, 2000).
Es cierto que la educación inclusiva es un tema complejo y que puede generar debates
y discusiones debido a su naturaleza dilemática. Puede haber diferentes opiniones sobre qué es
lo mejor para cada estudiante y cómo garantizar una educación de calidad para todos. Es
importante abordar estas incertidumbres y contradicciones desde una perspectiva crítica y
reflexiva, buscando siempre mejorar la práctica educativa y garantizar los derechos de todas
las personas a una educación inclusiva y de calidad, esto se pretende alcanzar con las
diferentes estrategias y actividades que se realizaran en mi informe de práctica.
Así mismo, Jarque, 2016, lo que nos viene a decir es que tenemos que trabajar para
conseguir que la educación escolar que ahora tenemos heredera de unas formas de pensar y
valorar la diversidad del alumnado en términos de categorías excluyentes y jerarquizadas.
Es importante reconocer que las personas con discapacidad intelectual son parte de
esta diversidad y tienen derecho a recibir una educación de calidad, equitativa y adaptada a
sus necesidades y características individuales. Por lo tanto, es fundamental que la inclusión de
las personas con discapacidad intelectual sea una prioridad en la agenda educativa y se trabaje
en políticas y prácticas que promuevan su plena participación en el ámbito escolar y en la
sociedad en general.
El enorme desafío que la educación inclusiva supone, entonces, es el de articular
con equidad para TODO el alumnado las tres dimensiones referidas: acceder o estar
presente en los espacios comunes/ordinarios donde todos se deben educar; participar,
convivir y tener un bienestar acorde con la dignidad de todo ser humano y, finalmente,
aprender y progresar en la adquisición de las competencias básicas necesarias para
alcanzar una vida adulta de calidad, sin dejar a nadie atrás por razones, personales o
sociales, individuales o grupales.
Considero que lo mencionado anteriormente, señala que la educación inclusiva no se
trata solo de permitir el acceso de todas las personas a la educación, sino también de
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