Page 38 - PAULINA MARIELA RODRIGUEZ LIÑAN
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Así mismo se favorecería no solo el trabajo colaborativo de los alumnos, sino también de
los docentes ya que les permitirían a los docentes compartir sus experiencias y conocimientos,
y colaborar en el diseño de estrategias y prácticas inclusivas. Esto es especialmente importante
en el caso de los estudiantes con discapacidad intelectual que hay en mi escuela de práctica, ya
que requieren de adaptaciones y ajustes específicos para garantizar su inclusión en el aula.
En algunas escuelas la simple mención de la palabra "inclusión" provoca en los docentes
el temor a que se les pida que acepten un número desproporcionado de alumnos cuya conducta
se considera "difícil" y que pueden haber sido excluidos (o expulsados) de otras escuelas.
La afirmación de que algunos docentes temen la inclusión debido al temor de tener que
aceptar un número desproporcionado de estudiantes "difíciles" es una preocupación legítima.
Sin embargo, es importante destacar que la inclusión no se trata solo de aceptar a todos los
estudiantes, sino de crear entornos educativos que sean accesibles y que apoyen a todos los
estudiantes, independientemente de sus habilidades o discapacidades.
En el caso de las personas con discapacidad intelectual, la inclusión implica ofrecer un
apoyo educativo adecuado y adaptado a sus necesidades individuales, lo que puede incluir la
adaptación del currículo y la implementación de estrategias de enseñanza específicas. Es
importante tener en cuenta que, con el apoyo adecuado, las personas con discapacidad
intelectual pueden tener éxito en la educación y alcanzar sus metas educativas y profesionales.
Diferencias sociales.
Continuando con el segundo eje temático, para Ainscow y Miles, (2008) la educación
entraña complejos procesos sociales, lo que requiere que los sistemas educativos no se
produzcan aisladamente, al contrario, debe entenderse en relación con factores geográficos,
políticos y económicos determinados, así como con valores y convicciones cultural y
contextualmente específicos. De la misma forma, la inclusión en la educación demanda
desarrollar procesos de pensamiento que capaciten al individuo a comprender, socializarse y
desarrollarse en un mundo complejo.
La educación para las personas con discapacidad intelectual debe entenderse en
relación con los factores específicos que afectan a este grupo, como la discriminación y la
falta de acceso a recursos y servicios adecuados.
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