Page 44 - SABRINA DE LEON HUITRON RAMOS
P. 44
Haber elegido la formación profesional de “Inclusión educativa” me ha creado una
sólida comprensión de varios estilos de aprendizaje y necesidades individuales. Esto, me ha
permitido a lo largo de las prácticas docentes, mostrar un alto nivel de compromiso con la
creación de un entorno inclusivo y tener las habilidades necesarias para adaptar métodos de
enseñanza, materiales y evaluaciones para satisfacer las diversas necesidades de los alumnos.
Pude colaborar estrechamente con el personal de apoyo, en este caso, con el departamento de
educación especial, para desarrollar el plan anteriormente descrito y favorecer el proceso de
inclusión, así como reafirmar las emociones de los estudiantes en un entorno positivo y de
armonía.
Mi recomendación para que no reviva la problemática tratada durante este ciclo
escolar, es reconocer que no todos los docentes han tenido una amplia formación o exposición
a prácticas inclusivas. Los recursos limitados, las limitaciones de tiempo y la falta de
oportunidades de desarrollo profesional pueden contribuir a las brechas en el conocimiento y
las habilidades de los docentes con respecto a la inclusión. En tales casos, los maestros pueden
enfrentar desafíos para satisfacer de manera efectiva las necesidades de los estudiantes con
síndrome de Down y otras discapacidades.
Las actitudes y creencias de los docentes también juegan un papel importante en la
creación de un entorno inclusivo. Los docentes que tienen actitudes positivas hacia la
inclusión y creen en las capacidades de los estudiantes tienen más probabilidades de promover
activamente su participación y éxito en el aula. Por otro lado, las actitudes negativas o los
conceptos erróneos sobre las discapacidades pueden dificultar la implementación de prácticas
inclusivas y limitar las oportunidades de los estudiantes con síndrome de Down para participar
plenamente en el proceso de aprendizaje.
40