Page 34 - JOSELYNE CAROLINA HERRERA GARCIA
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Los cambios más significativos del DSM-V en el trastorno del espectro autista es que los


               Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) desaparecen como categoría diagnóstica y todos

               se engloban en los trastornos del espectro autista. Esto tiene importantes implicaciones: Hay un


               cambio conceptual: se pasa de hablar de diferentes trastornos englobados en el conjunto de los

               trastornos generalizados del desarrollo, a hablar de un espectro, lo cual implica un continuo con

               diferentes niveles de gravedad.




                  Desparecen categorías diagnósticas como el Síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo


               infantil o el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Los niños se sitúan dentro del

               espectro autista en función del deterioro en los dos criterios diagnósticos principales: la


               comunicación social y los patrones de comportamiento restringido y restrictivo. De esta forma se

               establecen grados de gravedad en esos dos criterios, centrados en el nivel de ayuda que


               requieren.




                  De acuerdo al DSM-V, existen algunos criterios:

                   1. Déficits persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos,

               manifestando simultáneamente los tres déficits siguientes:


                  1.1 Déficits en la reciprocidad social y emocional; que pueden abarcar desde un acercamiento

               social anormal y una incapacidad para mantener la alternancia en una conversación, pasando por


               la reducción de intereses, emociones y afectos compartidos, hasta la ausencia total de iniciativa

               en la interacción social.












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