Page 17 - MARIAFERNANDA MARINES VALDES
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En estos cambios realizados a las leyes en relación a la inclusión, el enfoque va en colocar en
el centro el aprendizaje de niños, niñas y adolescentes para garantizar ese derecho a la educación
con el que cuentan, independientemente de sus “capacidades, circunstancias, necesidades, estilos
y ritmos de aprendizaje de los estudiantes” (UNION, 2019)
Para esta época que se vive actualmente la mira está puesta en lograr que los estudiantes
aprendan, crezcan, se desarrollen sin importar cómo son ellos, es mirar uno a uno que es aquello
que enfrentan y que les impide acceder a obtener el conocimiento para poder buscar la manera de
cubrir esa necesidad a la medida de nuestras posibilidades.
De igual manera: “La educación inclusiva se basa en la valoración de la diversidad, adaptando
el sistema para responder con equidad a las características, necesidades, intereses, capacidades,
habilidades y estilos de aprendizaje de todos y cada uno de los educandos” (UNION, 2019)
El llegar a crear una educación inclusiva pide que conozcamos a cada uno de los alumnos que
se atienden uno por uno; es el crear ese interés por saber cómo es él o ella y no solo de manera
física si no también el saber que le gusta hacer, cuál es su manera de pensar, como es el entorno
que le rodea en casa, qué cosas son las que limitan su potencial, todo esto para poder llegar a
entender cómo es que se debe de actuar, qué estrategias se deben de crear, qué entorno se va a
dar a esta/e estudiante para poder potenciar su desarrollo y que logre las características que el
nivel en el que se encuentra le exige.
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