Page 14 - NATALIA ISABEL MUÑIZ ESTRADA
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muestreo no probabilístico. Respecto a los instrumentos se aplicó la escala de resiliencia de
Wagnild y Young y la escala de calidad de vida de Olson y Barnes.
Se encontró una asociación significativa entre la resiliencia y la calidad de vida de los padres,
así mismo las dimensiones de resiliencia como la perseverancia y la satisfacción personal se
relacionaron significativamente con la calidad de vida, además el ingreso económico se asoció
con la resiliencia y la calidad de vida. Aunque la discapacidad de un hijo pueda considerarse como
un factor de estrés para los padres, estos pueden desarrollar una capacidad resiliente que es
impulsada por la perseverancia de buscar una mejor calidad de vida para su familia y a nivel
personal, para ello, se necesita de un trabajo integral que involucre también al personal de salud
y a la comunidad.
Ponce & Torrecillas (2014) realizan una investigación denominada “Estudio de Factores
Resilientes en Familiares” cuyo propósito es comprobar si se produce alguna diferencia entre el
nivel de resiliencia de los participantes en función de la edad, parentesco y nivel formativo, así
mismo analiza el nivel de competencias personales y aceptación de sí mismo y de la vida en
función de ciertas características sociodemográficas (género, edad, nivel formativo y parentesco)
del familiar participante. Utiliza una metodología cuantitativa, Se utilizó como instrumento una
entrevista sobre los aspectos sociodemográficos, y se empleó la Escala de Resiliencia de Wagnild
y Young (1993), adaptada en versión española por Heilemann, Lee y Kury (2003) y el estudio se
realizó con una población de 100 familiares de personas con discapacidad de la Isla de Gran
Canaria (España), de los cuales 65 son mujeres y 35 son hombres.
Destaca que, de los jóvenes entre los 18 y 33 años, el 70,8% presentan un nivel alto de
factores resilientes. No sucede lo mismo en los otros dos grupos de edad en los que se da una
mayor incidencia de casos con resiliencia moderada y el 50% de los familiares con edades
comprendidas entre los 34 y 50 años muestra un nivel moderado de resiliencia y el 40,6% de los
familiares con edades comprendidas entre los 51 y 66 años indica igualmente un nivel moderado
de resiliencia.
El análisis del nivel de factores resilientes de los familiares en función de algunas
características sociodemográficas muestra que en los hombres (incluidos padres e hijos varones)
se produce mayor índice de casos de alta resiliencia que en las mujeres.