Page 45 - SARA ALVAREZ CORPUS
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hacia el futuro sin anticipación de consecuencias a largo plazo de la conducta, incontrolabilidad
de impulsos, incapacidad para inhibir respuestas preestablecidas, comportamientos
perseverantes, y en general rasgos de inflexibilidad y rigidez del pensamiento y la acción.
De nuevo será necesario seguir el desarrollo normativo, empezando como primer nivel por
habilidades para la identificación de metas y determinación de criterios de meta (internas y
externas): ¿qué quiero?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me mandan hacer? (percepción de
contingencias, identificar fuentes de disfrute y de malestar físico, acto de alcanzar objeto
deseado–reaching, expresión de deseos, elección: objeto- actividad orden o secuencia,
habilidades de escucha y de comprensión, representación de metas, desarrollo del yo, etc.),
habilidades para la planificación de la acción/solución de problemas: ¿cómo lo voy a hacer?,
¿qué puedo hacer?… (Anticipación, desarrollo medios-fines o empleo de instrumentos para
llegar a una meta simple, desarrollo de la causalidad, flexibilidad, memoria de trabajo,
entrenamiento en estrategias de resolución de problemas: ensayo-error, imagen mental,
razonamiento de alternativas, etc.), habilidades de autocontrol personal y autoevaluación y
autorefuerzo, etc. (Gortázar, 2001).
2.6.4. Adaptación y Estructuración del Ambiente
Se trata de organizar un mundo con un alto grado de predictibilidad. La intervención debe
realizarse en ambientes estructurados, de comprensión lo más sencilla posible, tanto a nivel
físico, como en lo relativo a la comprensión de contingencias y a las interacciones sociales. Por
lo tanto, es un área de intervención preferente para poder empezar a trabajar con él o ella. Es
preciso la estructuración espaciotemporal del entorno físico y la eliminación de estímulos
sensoriales excesivos y así como el uso predominante de las instrucciones verbales en la
comunicación.
La organización del entorno debe ser patente tanto en el plano físico, como en el temporal y
en el social. En lo relativo a la claridad personal en las interacciones con las personas con TEA,
podemos recomendar una serie de estrategias generales:
- Emplear un lenguaje conciso, claro y literal.
- Asegurarnos la atención del alumnado antes de dirigirnos a él o a ella (situándonos cara
a cara, no hablar cuando la persona esté de espaldas…)