Page 21 - XIMENA RODRIGUEZ RODRIGUEZ
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El trastorno del espectro autista también se define por patrones de comportamiento,
intereses o actividades restringidos y repetitivos, se manifiestan de forma distinta según la edad
y la capacidad, la intervención y las ayudas actuales. Entre los comportamientos estereotipados
o repetitivos se incluyen las estereotipias motoras simples por ejemplo el aleteo de manos, los
movimientos rápidos de los dedos), el uso repetitivo de objetos, por ejemplo, girar monedas,
alinear juguetes) y el habla repetitiva por ejemplo ecolalia, la repetición retardada o inmediata
de palabras escuchadas, el uso del “tú” refiriéndose a uno mismo, el uso de palabras, frases o
patrones prosódicos estereotipados (APA,2014 p.54).
El trastorno del espectro autista se diagnostica cuatro veces más frecuentemente en el
sexo masculino que en el femenino. En las muestras clínicas, las niñas tienden a tener más
probabilidades de presentar discapacidad intelectual acompañante, lo que sugiere en las niñas,
sin deterioro intelectual acompañante o retrasos del lenguaje, el trastorno podría no reconocerse,
quizás por ser más sutil la manifestación de las dificultades sociales y de comunicación.
En los niños con trastorno del espectro autista, la falta de habilidades sociales y de
comunicación puede impedir el aprendizaje, particularmente el aprendizaje a través de la
interacción social o en las situaciones con compañeros.
2.1.1. Antecedentes
Vargas y Navas (2012), definen el autismo como un trastorno del neurodesarrollo que
persiste a lo largo de toda la vida y es evidente durante los primeros 30 meses de vida, dando
lugar a diferentes grados de alteración del lenguaje y la comunicación, de las competencias
sociales y de la imaginación. Los individuos presentan actividades e intereses de carácter
repetitivo y estereotipado, movimientos de balanceo y obsesiones insólitas hacia ciertos objetos
o eventos.
El autismo no es una enfermedad, sino más bien un desorden del desarrollo de las
funciones del cerebro. Los síntomas de autismo suelen aparecer durante los primeros 3 años de
la niñez y continúan a través de toda la vida. Aunque no hay cura, el cuidado apropiado puede
promover un desarrollo relativamente normal y reducir los comportamientos no deseables
Leo Kanner (1943), psiquiatra de la Universidad de John Hopkins, fue el primero en
describir el autismo como un síndrome, en un pequeño grupo de niños que demostraron una
extrema indiferencia hacia los demás. Estos pacientes tenían problemas del contacto afectivo,
inflexibilidad conductual y comunicación anormal.