Page 22 - XIMENA RODRIGUEZ RODRIGUEZ
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Hans Asperger (1944 citado por Vargas y Navas 2012), un pediatra austriaco que
desconocía el trabajo de Kanner, reportó niños con síntomas similares a los pacientes de Kanner,
con la excepción de que las habilidades verbales y cognitivas eran mayores. Esta condición la
consideró como un trastorno de personalidad y la denominó “psicopatía autista.
El concepto de autismo tiene su nacimiento en 1943 cuando Leo Kanner, publicó el
artículo titulado “Los trastornos autistas del contacto afectivo”, texto que marcaría todo un hito
en el tema. En este artículo se destacan las características específicas de los autistas, la
incapacidad de relacionarse normalmente con otras personas, un amplio conjunto de retrasos y
alteraciones en la adquisición y uso del lenguaje, la insistencia en mantener sus rutinas estables
sin cambios, así como la presencia de determinados rituales sin funcionalidad aparente. Meses
más tarde aparecería el trabajo de Han Asperger que aportó nuevos datos y descripciones a
través de varios casos de niños con “psicopatía autista”. Ambos autores describieron
características muy similares en los casos analizados, sin embargo, Asperger, a diferencia de
Kanner, se preocupó por cómo debía ser la educación de estos niños.
Siguiendo a Rivière (2001), podemos describir tres épocas en el estudio del autismo:
1. La primera época: 1943-1963: Principalmente se contemplaba el trastorno autista como
un trastorno emocional, de transmisión genética por parte de los padres y con una
orientación terapéutica de corte dinámico.
2. La segunda época: 1963-1983: En esta segunda fase de estudio del autismo, además de
la afectación afectiva, se valoró y estudió de forma significativa la alteración cognitiva
en los niños con autismo.
3. El enfoque de los años 1990: El principal cambio en estos años es la concepción del
autismo como un trastorno del desarrollo y, por tanto, con una perspectiva evolutiva.
Los estudios de Wing y Gould (1979). plantearon la concepción del trastorno como una
categoría, es decir, como un continuo de diferentes dimensiones. Definieron este concepto en
cada una de las alteraciones que lo constituyen, situando la problemática de los niveles más
graves a los más leves en las cuatro áreas prioritariamente afectadas: social, comunicativa,
imaginativa, así como en la existencia de patrones rígidos y repetitivos de la actividad. Estas
cuatro áreas afectadas dieron lugar a la conocida “Triada Cognitiva de Wing”, a través de la
cual se establecía que los niños del espectro autista estaban afectados por tres grupos de