Page 27 - XIMENA RODRIGUEZ RODRIGUEZ
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trastorno del espectro autista con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de
comorbilidades de un trastorno del espectro autista y discapacidad intelectual, la
comunicación social ha de estar por debajo de lo previsto para el nivel general de desarrollo.
Una característica temprana del trastorno del espectro autista es una alteración de la
atención compartida que se manifiesta por incapacidad para señalar con las manos o para
mostrar o llevar objetos cuyo interés pueda compartirse con otros o por incapacidad para
seguir cómo otro señala con las manos o dirige la mirada.
Las manifestaciones de deterioro social y de la comunicación, y los comportamientos
restringidos/ repetitivos que definen el trastorno del espectro autista, son claros en el período de
desarrollo. En etapas posteriores de la vida, la intervención y la compensación, y también los
apoyos actuales, pueden enmascarar estas dificultades en, al menos, algunos contextos. Sin
embargo, los síntomas son suficientes como para causar deterioro actual en el funcionamiento
social u ocupacional, o en otras áreas.
Los comportamientos sociales o el uso del lenguaje durante los primeros 2 años de vida.
Estas pérdidas son raras en otros trastornos y pueden utilizarse como "señal de alerta" para el
trastorno del espectro autista. Mucho más infrecuentes son: justifican un estudio médico más
extenso, las pérdidas de capacidades más allá de la comunicación social (p. ej., las pérdidas del
autocuidado, de las capacidades motoras) o las que ocurren después del segundo aniversario.
Los primeros síntomas del trastorno del espectro autista implican frecuentemente un
retraso en el desarrollo del lenguaje, acompañado a menudo por falta de interés social o
interacciones sociales inusuales (p. ej., llevar a alguien de la mano sin intentar mirarle), patrones
de juego extraños (p. ej., llevar juguetes de un lado a otro sin jugar con ellos) y patrones de
comunicación inusuales (p. ej., saber el alfabeto, pero no responder a su propio nombre). Puede
sospecharse una sordera, pero normalmente se descarta. Durante el segundo año, los
comportamientos extraños y repetitivos y la ausencia del juego, característica que se hacen más
evidentes.
Como muchos niños pequeños de desarrollo normal tienen fuertes preferencias y les
gusta la repetición (p. ej., comer los mismos alimentos, mirar el mismo vídeo varias veces),
puede ser difícil distinguir los comportamientos restringidos y repetitivos típicos del trastorno
del espectro autista en los niños de edad preescolar.