Page 31 - ALEJANDRA ABIGAIL LONGORIA PAULI
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deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se

                  considera normal para cualquier ser humano. Se caracteriza por insuficiencias o excesos en
                  el desempeño y comportamiento en una actividad rutinaria, que pueden ser temporales o

                  permanentes, reversibles y progresivos o regresivos”.
                         Es ya un consentimiento que la inclusión de personas con discapacidad pasa en gran

                  parte por las actitudes positivas de todos los agentes educativos implicados en la enseñanza,
                  la organización, las políticas educativas y organizacionales de una escuela o universidad. Las

                  actitudes  positivas  influyen  y  determinan  el  grado  de  la  inclusión  de  las  personas  con

                  discapacidad en la educación, la vida laboral y social, al igual que los procesos personales,
                  el soporte social y familiar (Arias et al., 2016; Martins, 2005; Martins, 2011; Pinto & Pereira

                  2012; Porfirio, et al. 2016; Priante, 2003; Verdugo y Díaz, 2005).
                         Cuando hablamos de actitudes de inclusión no se puede olvidar el importantísimo

                  papel de las actitudes de la familia donde todo empieza, ese pequeño gran mundo de todos
                  los  niños/personas.  Tan  importantes  son  las  actitudes  positivas  de  los  profesores  y  sus

                  compañeros, de la sociedad en general, como lo son las de sus familiares. Niños de padres

                  no separados tendrán mejor autoconcepto y desempeño intelectual y actitudinal. La cohesión
                  familiar, el nivel de instrucción familiar, la amistad de sus hermanos, la autoridad y el amor

                  ayudan a la formación positiva de actitudes, así como a una postura más positiva y feliz ante

                  la vida (Strecht, 2003 y Verdugo y Diaz, 2005). Esta importancia de las actitudes de la familia
                  en la inclusión no es sólo significativa en la infancia lo es también durante toda la vida escolar

                  y personal de las personas con discapacidad, es pues una variable clave para el éxito de la
                  inclusión (Navas, 2017 y Kuester, 2000).


                  2.3.4. Actitud de los Padres ante la Discapacidad

                         El hecho de saber que a la familia ha llegado un hijo que no es lo que la pareja

                  esperaba, un bebé con problemas o alteraciones físicas o emocionales es sorprendente para

                  los padres lo cual afecta inmediatamente la dinámica y trayectoria de esa familia pues no
                  están  preparados  para  ese  recibimiento,  y  se  enfrentan  a  sentimientos  ambivalentes  o

                  actitudes, como el rechazo, odio, reclamo, coraje, amor, comprensión, situaciones que quizás
                  no convengan con las reacciones esperadas, pues el tener un hijo diferente provoca estrés

                  dentro de la familia, culpabilidad e incluso vergüenza (Montoya y González, 2015).
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