Page 27 - DIANA GUADALUPE SAUCEDO ARRIAGA
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derecho de cada persona de acceder al conocimiento y el aprendizaje, pues este ha de ser
adaptado en concordancia con las necesidades del alumno.
Para poder afirmar que se lleva a cabo una inclusión educativa, el centro educativo
debe de contar con las siguientes características (Santos del Real & Delgado Santoveña,
2014):
Asequibilidad: la escuela debe de evitar cualquier barrera que limite la educación,
además de que debe de hacer esfuerzos para poder estar equipada de manera que pueda
ofrecer una verdadera inclusión educativa.
Accesibilidad: todo estudiante debe de poder acceder a la educación
independientemente de su condición física o geográfica.
Aceptabilidad: la educación impartida ha de ser aprobada por los educandos en
base a la normatividad vigente establecida por los entes reguladores, buscando la
incorporación de métodos y estrategias educativas adecuadas para la inclusión educativa.
Adaptabilidad: se debe de considerar como insignia de la educación inclusiva el
adaptar la educación a los grupos vulnerables de manera que todas las personas reciban la
educación que necesitan.
Como se puede observar, la inclusión educativa nace como un movimiento
contestatario a la exclusión que diversos grupos vulnerables han experimentado a lo largo
de la historia (Echeita, 2016). Ambos extremos se encuentran en un constante ir y devenir,
y el avance de uno de estos extremos conlleva, invariablemente, el retroceso del otro. Es
decir, cada avance que se realice en aras de la inclusión implica, por consiguiente, un
retroceso de la exclusión. Por lo anterior, la inclusión se debe de considerar como un
proceso inacabado que exija la revisión constante de las dinámicas sociales, los procesos
culturales y las políticas públicas de manera que se puedan observar que estas atiendan a
todas las personas independientemente de su etnia, estatus socioeconómico, origen étnico,
genero, religión, o cualquier otro elemento que pueda conllevar la exclusión.
Para diversos teóricos, la inclusión educativa comienza formalmente en 1994, al ser
aceptado el principio de educación inclusiva de manera unánime en la Conferencia Mundial
sobre Necesidades Educativas Especiales, también llamada como la Declaración de