Page 43 - EMMILIA ELENA JIMENEZ SANDOVAL
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la comprensión de lo mismo. Se enfoca en que reconozca las letras y lea y escriba palabras, o,
como en el caso del método de los veinte días, que, aunque es recomendado para alumnos con
problemas de aprendizaje, se basa en la memorización de las sílabas, sin tener un significado
de ellas, sin entender por qué es esa sílaba, bloqueando un aprendizaje significativo y
constructivista, en donde el alumno aprende a leer, pero no lo comprende, ya que solo
aprendió a descifrar.
La lectura critico-reflexiva influye positivamente en el desarrollo del pensamiento
crítico, puesto que es un medio que permite al alumno reflexionar y analizar los puntos de
vista de los autores, cuestionando las perspectivas analizadas y tomando decisiones de manera
crítica sobre la más pertinente (Callohuanca, W. 2021). Toda práctica docente exitosa, va de la
mano con padres de familia y alumnos, ya que la educación de los niños no depende
solamente del maestro o del alumno, sino del apoyo que recibe el alumno en casa, de la
disposición de alumno en cuanto a el esfuerzo e interés que tiene y qué es lo que hace el
maestro para que el alumno tenga interés en su educación y se esfuerce por aprender, siendo
un mediador del aprendizaje. Este proceso, de la consolidación de la lectura y la escritura,
requiere de mucha motivación a quienes lo llevan a cabo, en base a la estimulación del
aprendizaje.
Para Ramírez, C.Y., Arteaga, M.A. & Luna H.E. (2020) “la escritura es una actividad
motriz vinculada directamente con la adquisición de habilidades visomotoras, haciendo que la
percepción visual y los movimientos gráficos le permitan al niño tener legibilidad en el
escrito”. Al momento de escribir, el ojo cumple con la función de verificador de la actividad,
mientras que la mano es la ejecutora, llevándose a cabo una mediación entre el cerebro, la
mano y la visión.
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