Page 30 - JOSUE DAVID DANIEL TREVIÑO FERMIN
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suelen establecer una relación de confianza, respeto y afecto con los alumnos, que fomenta su
autoestima y su sentido de pertenencia.
Por el contrario, los profesores que tienen expectativas bajas o irreales suelen utilizar
metodologías tradicionales, transmisivas y competitivas, que dificultan el aprendizaje diverso y
el desarrollo de capacidades. También suelen emplear criterios de evaluación rígidos y
sumativos, que generan frustración y desánimo en los alumnos. Además, suelen establecer una
relación de distancia, autoritarismo y desinterés con los alumnos, que merma su confianza y su
integración.
Las expectativas educativas son importantes, pero también deben ser realistas y flexibles.
No se debe presionar a los estudiantes a cumplir con unas expectativas que no se ajustan a sus
intereses, capacidades o circunstancias. También se debe tener en cuenta que las expectativas
educativas pueden cambiar a lo largo del tiempo, según las oportunidades y los desafíos que se
presenten. Lo más importante es que los estudiantes se sientan apoyados y orientados para tomar
sus propias decisiones sobre su futuro educativo y profesional.
Las expectativas educativas familiares
Ochoa y Diez (2009) mencionan que la familia es el primer núcleo del estudiante, y es
allí donde construyen sus primeras expectativas acerca de su futuro profesional y personal, junto
con sus primeros profesores de vida. Las expectativas educativas familiares se hacen referencia a
las creencias y esperanzas que los padres de familia tienen sobre el nivel educativo que sus hijos
e hijas pueden alcanzar, así como sobre el tipo de profesión u ocupación que pueden desempeñar
en el futuro.
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