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con su aprendizaje. Por lo tanto, las expectativas educativas docentes son un factor importante en
el proceso educativo, ya que pueden influir en el desarrollo académico y personal de los
alumnos.
Las expectativas educativas docentes pueden ser un problema o no, dependiendo de cómo
se ajusten a la realidad y a las necesidades de los alumnos. Miramontes (2009) expone que las
expectativas educativas docentes pueden ser positivas si son altas y realistas, es decir, si los
profesores creen en el potencial de sus alumnos y los apoyan para que lo desarrollen. Esto puede
favorecer la motivación, el rendimiento y la autoestima de los alumnos.
Pero a su vez (Miramontes, 2009), también propone que las expectativas educativas
docentes pueden ser negativas si son bajas o irreales, es decir, si los profesores subestiman o
sobreestiman las capacidades de sus alumnos y los tratan de forma diferente. Esto puede
perjudicar la motivación, el rendimiento y la autoestima de los alumnos. Por lo tanto, las
expectativas educativas docentes son un factor importante que puede tener un impacto positivo o
negativo en el proceso educativo.
Las expectativas educativas docentes son las metas que los profesores se proponen sobre
el aprendizaje y el comportamiento de sus alumnos, basadas en el concepto que tienen de ellos.
Si los profesores tienen expectativas altas y realistas sobre sus alumnos, independientemente de
sus características o condiciones, pueden promover la inclusión educativa, al estimularlos,
apoyarlos y valorarlos. Si los profesores tienen expectativas bajas o irreales sobre sus alumnos,
especialmente sobre los que tienen necesidades educativas especiales, pueden obstaculizar la
integración educativa, al ignorarlos, discriminarlos o segregarlos. Por lo tanto, las expectativas
educativas docentes son un factor clave para lograr una educación inclusiva y de calidad para
todos.
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