Page 24 - VALERY PAULINA GARZA JIMENEZ
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que lo representara. A su vez, no faltaban las burlas o evidenciaciones por parte del resto de
los compañeros, que sin duda afectaban la autoestima de los estudiantes.
La situación identificada es un problema porque los estudiantes se ubican en los grados
en los que la mayoría del resto de sus compañeros ya han aprendido a leer y a escribir. Los
alumnos, al no haber consolidado todavía estos aprendizajes fundamentales, están cursando su
grado actual sin autonomía para realizar actividades y sin acceder a la misma cantidad de
información que el resto de sus compañeros, del mismo modo, enfrentándose de manera
constante a los sentimientos negativos que no saber leer y escribir les produce; a largo plazo,
cuando culminen el nivel primario, será muy difícil asegurar una permanencia en el sistema
educativo.
Considero que no hay un grado más o menos adecuado para acceder a la lectura y la
escritura, puesto que siempre hay que cuidar la madurez de nuestros estudiantes. Sin embargo,
cuando hablamos de estos conocimientos de carácter fundamental, aplica a la perfección la
expresión “Entre más pronto, mejor”; con mayor razón cuando la dificultad se aúna a
problemas de lenguaje.
Por otro lado, más allá del contexto escolar, no dominar la lectura y la escritura
obstaculizará un desarrollo máximo de potencialidades, un acceso y disfrute seguro de todo lo
que le rodea y de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida, es decir, los vulnera, se
encuentran en desventaja, con menor capacidad de hacer frente a la vida cotidiana de manera
autónoma, de orientarse si se pierden, alimentarse, medicarse, identificar riesgos, conocer la
justicia y pelear con seguridad por aquello que le concierne. De acuerdo con la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2005), el
aprendizaje de la lectoescritura se define como un derecho humano fundamental en la
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