Page 26 - VALERY PAULINA GARZA JIMENEZ
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En adición, basándome en entrevistas no estructuradas con la maestra de pedagogía y
con la trabajadora social, entre las causas de la problemática destacan los contextos familiares
poco o nada participativos y estimulantes, por falta de interés, por formación académica trunca
o por problemas de lenguaje, y con bajas expectativas hacia los alumnos; una entrevista con
los tutores de los alumnos ampliaría esta información.
La situación necesita transformarse y mejorar, considero que nos encontramos a
tiempo para actuar y guiar a los estudiantes en el proceso, lo cual es viable porque se cuenta
con momentos y un espacio destinado para su atención y con la disposición por parte de los
alumnos, quienes cuentan con suficiente motivación intrínseca para aprender pues les agrada
participar y hasta son competitivos, pero solo requieren un poco más de la extrínseca su
entorno para acceder a la lectura y la escritura.
Como docente inclusiva, tengo la responsabilidad de, una vez que identifiqué una
necesidad en mi alumnado, diseñar o informarme sobre estrategias y recursos para brindarles
y que así alcancen los aprendizajes esperados, en pro de una educación inclusiva y equitativa,
que según lo registrado en la Estrategia de equidad e inclusión en la educación básica (SEP,
2018 p.15), es aquella que respeta las condiciones, características, necesidades, capacidades,
ritmos y estilos de aprendizajes de cada persona; y que asegura que todos tengan las mismas
oportunidades de hacer efectivos sus derechos y de alcanzar los fines de la educación en
condiciones de igualdad, de acuerdo con la Oficina Regional de Educación para América
Latina y el Caribe de la UNESCO.
Con gran influencia por la última y exitosa experiencia en la práctica docente, y como
estrategia ante esta problemática, se pensó en la aplicación del método silábico para favorecer
el acceso a la lectura y la escritura de los alumnos en situación vulnerable. Al tomar la
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