Page 29 - VALERY PAULINA GARZA JIMENEZ
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los establecimientos de educación básica, todos ellos orientados al desarrollo de escuelas y
aulas inclusivas, a partir de la disminución o eliminación de las barreras para el aprendizaje y
la participación (BAP). Es responsable de crear y orientar en la creación de condiciones que
aseguren el acceso y permanencia de todos a la educación, sin realizar distinciones a pesar de
la diversidad de capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje de los alumnos.
3.2.1.1 Barreras para el Aprendizaje y la Participación.
Gómez (2014) expone que, desde la tradición, “(…) a la función de “enseñar” a
menudo se le atribuye implícitamente el resultado de “aprender”; (…) y si ello no ocurre,
“algo anda mal” en ese niño.” Pero ha sido gracias a los avances en investigación educativa y
a la difusión de sus hallazgos en materiales puestos al alcance de todos, tal como en la
Estrategia Nacional de Educación Inclusiva (2019) donde se presentó el término Barreras para
el Aprendizaje y la Participación, que coloca al contexto como limitante para que el alumno
acceda a los aprendizajes, pueden influir actitudes por parte de los agentes educativos o
involucrados en la formación, las características físicas del contexto áulico, escolar o familiar
o bien las metodologías o recursos empleados por el/la docente responsable. (p.19)
La Estrategia Nacional de Educación Inclusiva puntualiza que las BAP “no se refieren
a las características o condiciones personales, sino a la inadecuada configuración o respuesta
del sistema educativo y del entorno que impiden el cabal ejercicio del derecho a una
educación de excelencia, (…)” (2019, p.20). Lo que, es decir, que las BAP las genera el
propio contexto, no se relacionan con las características de los alumnos, pues la escuela debe
ser accesible para todos.
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