Page 36 - XIMENA RODRIGUEZ RODRIGUEZ
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De acuerdo con Rodrigues et al., (2008) la actitud es aquello que sentimos por
determinadas cosas, personas, grupos, hechos o problemas del mundo, sentimientos a favor o
en contra de personas o cosas con las que entramos en contacto.
Para Allport (1935; citado por Gross, 2007) una actitud es un estado mental y neural de
disposición, organizada a través de la experiencia, que ejerce una influencia directiva o dinámica
sobre la respuesta del individuo a todos los objetos, sujetos o situaciones con los que se
relaciona; es una disposición, aprendida que proporciona una tendencia a responder de manera
favorable o desfavorable (positiva o negativa) hacia el objeto, sujeto o situación o de agrado o
desagrado.
Según McGuire, (1985; citado por Kimble, et al., 2002) las actitudes son lo que sentimos
por determinadas cosas, personas, grupos, hechos o problemas del mundo. Son juicios
evaluativos que pueden ser positivos, negativos o neutrales, sobre los objetos del pensamiento.
“Las actitudes tienen referencia social en sus orígenes y desarrollo en sus objetos, mientras que
al mismo tiempo tienen referencia psicológica en cuanto a que son inherentes al individuo y se
encuentran íntimamente mezcladas con su conducta y hechura psicológica” (Warren, 1973;
citado por Gross, 2007).
Rodrigues, et al. (2008); Whittaker (2011), Moya y Ruíz, (1996) y Beltrán (1998);
Breckerly, (1984; citado por Gross 2007): Rosenberg y Hovland (1960; citado por Kimble et al.
(2002) y Franzoi, (2007) coinciden en señalar que la actitud es una posición u orientación del
pensamiento, que se traduce en una forma determinada de pensar, actuar o reaccionar y que está
conformada por tres dimensiones: componente cognitivo (creencias o cogniciones);
componente afectivo (afectos, sentimientos o emociones) y componente conductual
(comportamientos), los cuales se describen a continuación:
1) Componente cognitivo
Formada por percepciones, creencias e información que se tiene sobre algo. Creemos
que algo es bueno o malo según el grado de conocimiento, la opinión o las creencias que tenemos
sobre ello. A veces puede ser que dichos conocimientos no sean suficientes o sean equivocados,
pero aun así pueden dar fundamento a la actitud. Incluyen el dominio de hechos, opiniones,
creencias, pensamientos, valores, conocimientos y expectativas (especialmente de carácter
evaluativo) acerca del objeto, sujeto o situación de la actitud. Destaca en ellos, el valor que
representa para el individuo el objeto, sujeto o situación.