Page 38 - XIMENA RODRIGUEZ RODRIGUEZ
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actitud es cuando surge una verdadera asociación entre objeto, sujeto o situación de la actitud y
el individuo. Es la tendencia a reaccionar hacia los objetos, sujetos o situaciones de la actitud
de una determinada manera. En sí es el componente activo de la actitud.
Las actitudes no son innatas, sino que se forman a lo largo de la vida. Éstas no son
directamente observables, así que pueden ser relacionadas a partir de la conducta verbal o no
verbal del sujeto. El componente conductual se puede medir por la observación directa de cómo
la persona se comporta en situaciones específicas de estimulación. Además, las actitudes se ven
como predisposiciones durables, pero disposiciones que son aprendidas más que innatas. Por lo
tanto, aunque las actitudes no son momentáneamente transitorias, son susceptibles de cambio.
De acuerdo a Sabini (1992), debido a que las actitudes pueden ser consideradas tanto
como entidades sociales y como entidades cognitivas, y que ellas vinculan la cognición
individual con la participación social, “no es sorprendente que para muchos psicólogos sociales
la comprensión de las actitudes - cómo se forman y cómo funcionan- sea el problema central de
la psicología social” (p. 613). Plantea que las actitudes tendrían tres principales funciones:1)
ellas son elementos centrales en la definición y mantención de los grupos, 2) ellas ayudan a
establecer la propia identidad o la concepción de sí mismo, 3) ellas guían el pensamiento y la
conducta.
El docente es definido como agente clave para la construcción de una escuela inclusiva
de calidad al ser el instrumento pedagógico por excelencia Jordán, (2007). La herramienta más
potente para el cambio es desde el profesorado y con el profesorado (Palomares, 2011), de la
actitud de los docentes ante los procesos educativos depende que se logres estándares de calidad
en la atención a la diversidad del alumnado. La actitud del docente es determinante en la
aplicación de políticas, culturas y prácticas inclusivas, la revisión de la literatura establece que
la gran mayoría de los profesores apoyan la inclusión; sin embargo, cuando están frente a un
caso de niño con autismo, este entusiasmo va disminuyendo.
Avramidis y Kalyva (2007), manifiestan que los docentes afirman tener actitudes
positivas hacia la inclusión, aunque prefieren la presencia en el aula de un profesor de educación
especial o que los niños con necesidades educativas especiales realicen sus estudios en aulas de
educación especial. Larrivée y Cook, (1978) hipotetizan que las actitudes de los maestros hacia
la inclusión escolar están afectadas por diversas variables institucionales. Debido a que las
instituciones no cuentan con las herramientas necesarias para crear ambientes inclusivos dentro