Page 13 - ANNA CRISTINA GARCIA GOMEZ
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de explicitación progresiva de esas representaciones y de reorganización de las mismas en
teorías más potentes y coherentes con los valores declarados.
Forlin (2010 citado en Pegalajar y Colmenero, 2014), señala que hay que cambiar las
actitudes de los docentes hacia la educación inclusiva, la educación inclusiva incide
directamente en el sistema de valores del profesorado, cuestionando sus creencias más
íntimas sobre lo que es correcto y justo. Es necesario comprender cómo en el proceso de
enseñanza y aprendizaje se ponen en juego una serie de elementos que los determinan, limitan
o potencian, tales como las actitudes docentes, la motivación, la emoción, las características
del contexto o situación de aprendizaje, la interacción entre las características del individuo
(estilo de aprendizaje, grado y tipo de apropiación del objeto de conocimiento, entre otros) y
el elemento a ser aprendido.
Las actitudes docentes hacia los procesos de la inclusión educativa, son un elemento
determinante para que ésta se lleve a cabo y para lograr que los alumnos en condiciones
especiales, con necesidades educativas específicas y que enfrentan barreras para el
aprendizaje y la participación logren la plena inclusión. Uno de los elementos que muestra
mayor obstaculización en el progreso de patrones inclusivos de atención a la diversidad en
las escuelas, es el de las actitudes de la comunidad escolar: cómo se conceptualiza la
diversidad, cómo se evalúa afectivamente, cómo se actúa ante ella.
Centrándose en la figura del profesorado, estas tres dimensiones se ven mostradas, en
las atenciones que exponen los maestros ante los alumnos con Necesidades Educativas
Especificas (NEE) y en el dominio que tienen para mediar positiva o negativamente en la
autoestima, motivación y aprendizaje del alumnado. Numerosos estudios relacionados con
este tópico han concluido que entre los muchos factores que pueden promover actitudes
negativas del profesorado ante la diversidad y su inclusión, destaca la falta de formación
coherente y bien planificada tanto inicial como permanente, lo que hace que el profesorado
se sienta desorientado, incapacitado, desinteresado e incluso llegue a rechazar abiertamente
la inclusión de alumnos con NEE.
La atención educativa a las personas en condiciones especiales, con necesidades
educativas específicas y que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación está
garantizada en el Artículo 61 de la Ley General de Educación (CDHCU 2018) el cual
menciona que: