Page 25 - DANA FABIOLA GAONA ESCOBEDO
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Para lograr buenos resultados en el aprendizaje de los estudiantes, los docentes deben
priorizar las interacciones significativas entre ellos. Esto demanda que propicien un
aprendizaje más activo, cooperativo situado, autorregulado, afectivo, orientado a metas y que
facilite el desarrollo individual de construcción de significado y de conocimiento, a medida
que se lleve a cabo de esta manera se irá fortaleciendo un crecimiento social y emocional del
alumnado (Marcias Acosta, 2020).
A continuación se presentan los conceptos del tres elementos o valores en los que se
basa el presente trabajo y que se articulan con la inclusión:
Participación
Sarramona López y Rodriguez Neira (2010), mencionan que la participación implica
reconocer que los distintos miembros de la sociedad son capaces de pensar, de implicarse y
llevar a cabo acciones sobre lo que afecta a su vida en los distintos contextos sociales (familia,
colegio, comunidad, etc.)
Solidaridad
La solidaridad como menciona Moënne (2010), se desprende de la naturaleza misma
de la persona humana, indicando que los individuos no están solos, prefieren vivir
acompañados porque el hombre, social por naturaleza, no puede prescindir de sus iguales ni
tampoco intentar desarrollar sus capacidades de manera independiente.
Cooperación
La cooperación es el resultado de una estrategia de trabajo conjunto que se vale de
una serie de métodos para facilitar la consecución de un objetivo, como, por ejemplo, el
trabajo en equipo, la distribución de responsabilidades, la delegación de tareas, las acciones
coordinadas, etc. (Coelho, 2019).
3.2.1.3 Barreras para el Aprendizaje y la Participación
De acuerdo a la Estrategia de Equidad e inclusión en la Educación Básica (2018), el
término Barreras para el aprendizaje y la participación (BAP) se adopta en lugar de
“necesidades educativas especiales” para hacer referencia a todas las dificultades que