Page 18 - ISABEL CRISTINA CASTAÑEDA FUENTES
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                         1.  Metacognición.  Tener  conciencia  de  los  procesos  del  pensamiento  permite

                             potenciar el aprendizaje y regular las emociones. La capacidad de planeación, de

                             anticipación,  de  aprender  del  error,  de  aplicar estrategias  y  diseñar  planes  de
                             mejora son aspectos que favorecen el pensamiento reflexivo.

                         2.  Expresión de las emociones. Expresar con respeto y claridad las emociones y
                             sentimientos, tomando en cuenta a los demás y al contexto, es fundamental para

                             alcanzar una buena autorregulación emocional.
                         3.  Regulación  de  las  emociones.  Significa  tener  la  capacidad  de  gestionar  la

                             intensidad y la duración de los estados emocionales, de manera que los estudiantes

                             puedan afrontar retos y situaciones de conflicto de forma pacífica y exitosa sin
                             desgastarse, lastimarse o lastimar a otros.

                         4.  Autogeneración  de  emociones  para  el  bienestar.  Experimentar  emociones  no
                             aflictivas, de forma voluntaria y consciente, ayuda a mantener la motivación a

                             pesar de la adversidad o la dificultad. El autogestionar recursos emocionales no
                             aflictivos (como la alegría, el amor y el humor, entre otros), nos permite tener una

                             mejor calidad de vida y no sucumbir ante la adversidad.

                         5.  Perseverancia. Mostrar constancia en la persecución de objetivos, a pesar de las
                             dificultades; así como diferir las recompensas inmediatas a favor de otras más a

                             largo plazo que generan un mayor grado de bienestar (motivarlo en la constancia).




                  2.3 Hipótesis de Acción
                         Como  ya  se  mencionó  anteriormente,  la  finalidad  de  la  investigación  acción  es

                  resolver situaciones cotidianas e inmediatas que afectan principalmente al proceso y al logro
                  de los resultados esperados de aprendizaje de los estudiantes y que implica la trasformación

                  o mejora de la práctica docente. (Vilchis, Macías y González, 2014).
                         Un elemento de la investigación acción es la hipótesis de acción, conocida también

                  como acciones tentativas. Es una propuesta que guía la investigación acción. Se considera

                  una alternativa provisional para solucionar el problema identificado. Es importante señalar
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