Page 30 - MARIA SOFIA HERNANDEZ TRISTAN
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emocional es el de Bisquerra (2012) quien define que es la habilidad para tomar conciencia
de las propias emociones, de los demás y que tenemos la capacidad de regularlas.
Todas las definiciones de inteligencia emocional coinciden en que es una habilidad que
se desarrolla, reforzándose a lo largo de la vida, una vez aprendiendo desarrollarla, se
aprenden diversas habilidades para poder percibir, comprender y regular las emociones de
uno mismo, así como las de los demás.
Por otro lado, las habilidades socioemocionales según Zavala et al. (2008) son conductas
que se pueden observar, que se aprenden y se utilizan en intercambios sociales para un fin
en específico que para lograr un desempeño social competente es necesario poner patrones
de respuesta específicos como lo son: la habilidad para defender los propios derechos, para
hacer peticiones, para decir no y cortar interacciones, relacionándose la inteligencia social
que Thorndike (1920 citado en Zavala et al. 2008) define como la habilidad para comprender
y dirigir hombres y mujeres, niños y niñas, actuando prudentemente en las relaciones
humanas.
2.3.1 Tipos de Competencias Socioemocionales
En la literatura sobre las competencias socioemocionales existen diferentes
clasificaciones de habilidades que conforman las dimensiones, para esta investigación
analizaremos las dimensiones de la inteligencia emocional según Daniel Goleman (1999),
Bisquerra y Esconda (2007) y las propuestas por la Secretaría de Educación Pública a través
del Programa de Educación Socioemocional (2017).
2.3.2. Dimensiones de la Inteligencia Emocional Según Goleman
De acuerdo con Goleman (1999), la inteligencia emocional tiene una estructura de cinco
componentes: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales,
las cuales se describen a continuación.
- Autoconciencia: La expresión conciencia de uno mismo, la atención continua a los
propios estados internos. Esta conciencia auto reflexiva en la que la mente se ocupa
de observar e investigar la experiencia misma, incluidas las emociones, es una
cualidad en la que la atención admite de manera imparcial y no reactiva todo cuando
discurre por la conciencia, como si se trata de un testigo, se asemeja al tipo de
atención que Freud recomendaba a quienes querían dedicarse al psicoanálisis, la
llamada “atención nuestra flotante”, constituye una actividad neutra que mantiene la
atención sobre uno mismo aun en medio de la más turbulenta agitación emocional,