Page 41 - MARIA SOFIA HERNANDEZ TRISTAN
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concebirse a uno mismo como parte de una colectividad. Se aprende a través del ejercicio
continuo de la comunicación asertiva, la responsabilidad, la inclusión, el manejo de
conflictos y la interdependencia, que en conjunto aportan al saber convivir para saber ser y
hacer en comunidad
Habilidades asociadas a la dimensión de colaboración
Comunicación Capacidad de entablar un diálogo a partir de escuchar activa y
asertiva atentamente al otro, al tiempo que se exponen los propios
sentimientos y puntos de vista de una manera clara pero
respetuosa, permite estar consciente de los deseos y necesidades
del otro y tratar de armonizarlos con los propios, en una actitud
de auténtica empatía, de tal modo que el diálogo y el trabajo
conjunto se posibilite y se potencie.
Responsabilidad Acto voluntario, que parte de la autonomía y de la
autorregulación, por el cual una persona está dispuesta a
responder por el cumplimiento de una tarea, o hacerse cargo de
otra persona, la responsabilidad que experimenta una persona
para llevar a cabo las tareas que le corresponden debe ir de la
mano del respeto por lo que a los otros les corresponde hacer en
un trabajo colaborativo.
Inclusión Se funda en el aprecio y el respeto por la diversidad como fuente
de la riqueza y creatividad de la interacción social, y por tanto
es indispensable para fomentar la colaboración, la inclusión
ayuda a reconocer y valorar esas diferencias y a crear un mundo
más equitativo y justo.
Resolución de El manejo de conflictos se vale de las habilidades arriba
conflictos descritas, la comunicación asertiva, el respeto, la
responsabilidad y la solidaridad, para buscar la mejor solución
ante una discrepancia de puntos de vista o de necesidades, etc.
Al integrar todas estas capacidades, puede adoptarse una actitud
de “ganar-ganar”, o de satisfacción y bienestar para ambas
partes.
Interdependencia Capacidad de concebirse a sí mismo como parte de un sistema
de intercambios y sostenimiento mutuo; es darse cuenta de que
la autonomía siempre es relativa, ya que para sobrevivir los seres
humanos necesitamos inevitablemente de los demás. Reconocer
el valor de cada uno de los integrantes de la vida comunitaria y
social requiere, a su vez, de la meta cognición, es decir, que el
individuo logre verse a sí mismo dentro de esta red de
interdependencia y reciprocidad.