Page 60 - MARIAFERNANDA MARINES VALDES

Es por esto, que en punto de las 4 de la tarde se logra realizar esta conexión .Al iniciar la

videollamada se pregunta cómo es que se encuentra el alumno el día de hoy, a lo que su

respuesta es que está bien, después de esto él comienza a mencionar que era él quien está

hablando y le contestó que sí, que sí él era Jesús teniendo como respuesta un rotundo -sí soy yo

Marifer- , algo que resalta en esta situación es que el hecho de cómo se dirige por mi nombre y

no por el título de maestra ; por mi parte no puedo ver o clasificar esta situación como algo

incorrecto, sin embargo, esto puede interpretarse de dos maneras, primeramente de manera

positiva podemos ver que existe confianza de su parte hacia mí, el que cuenta con la capacidad y

libertad de expresarse , además de demostrar que no existe barrera alguna para poder decir o

mencionar lo que siente y piensa; pero por el otro lado en cuestión negativa se puede considerar

que no se ve como autoridad a la practicante.

Para esto es preciso mencionar que la confianza del alumno de poder hablar y expresarse aún

y cuando se refiera por mi nombre y no por el título de maestra crea un vínculo necesario para

poder crear ese aprendizaje, como lo afirma Villagar “Es una relación en la que es esencial que

exista una confianza, respeto y apertura por ambas partes para que el proceso de enseñanza

aprendizaje sea verdaderamente provechoso y productivo” (Villagar, 2013)

Aunque se considera relevante observar y analizar este punto, puedo decir que en la

interacción que se tiene con el alumno en ningún momento ha existido una falta de respeto y que

el hecho de que este se dirija por mi nombre no le genera el traspasar el límite de respeto, sino de

verme como un igual, pero reconociendo que soy aquella persona que trabaja con él actividades

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