Page 16 - MARTHA BERENICE ARELLANO RODRIGUEZ
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pobreza y desigualdad, globales y regionales, en América Latina se han mantenido invariables”
(Bonal & Tarabini, 2013, pág. 215).
Es por ello por lo que los docentes a través de nuestra labor debemos reforzar arduamente
la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa en las clases, así como en las instituciones
educativas, todos debemos de atender a la diversidad de alumnos, favoreciendo un ambiente
cordial de oportunidad para un aprendizaje significativo, a partir de las prácticas inclusivas.
La educación inclusiva atiende las necesidades educativas en un ambiente de calidez para los
estudiantes, docentes y familias; además, busca lograr en todos los estudiantes su presencia,
participación y éxito académico en los diferentes niveles educativos y según los contextos de
estudio (Delgado, 2018, pág. 12).
La educación inclusiva se establece como un servicio de atención para los estudiantes,
considerando la condición social, intercultural o personal que pudiera presentar, “busca lograr en
todos los estudiantes su presencia, participación y éxito académico en los diferentes niveles
educativos” (UNESCO, 2005, pág. 6)
Notoriamente es fundamental manejar una inclusión educativa en la institución ya que
permitirá una equidad de oportunidades al momento de la comprensión y un manejo oportuno de
las posibilidades de los alumnos, implementando metodologías flexibles.
Como se indica en los lineamientos de la UNESCO todos los docentes deberán
implementar evaluaciones en las cuales se obtenga información relevante acerca de si se lleva a
cabo una inclusión educativa de manera favorable: “Los docentes en sistemas inclusivos
necesitan medir la efectividad de su enseñanza para la gama de estudiantes y deben saber lo que
necesitan hacer para permitir que cada estudiante aprenda lo mejor posible. Por lo tanto, la