Page 13 - NATALIA SARAHI BARRIENTOS ESQUIVEL
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Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Ciencia
(UNESCO) nos habla sobre el derecho que tienen todas las personas al acceder a esta de
manera puntualiza que es un medio de desarrollo para que los niños consigan una buena
adultez:
“El derecho humano a la educación no puede materializarse simplemente al garantizar
que los niños asistan a la escuela; ellos deben además aprender mientras se encuentran allí”
(Sanz y González, 2018, p.9).
Acerca de la relevancia que tiene al tomar en serio lo que se enseña dentro de la
escuela es considerado para Pablo Freire un valor, con el cual podemos cambiar o más bien
transformar al mundo, pues no podemos dejar atrás cuando habla de esto como una
esperanza. Señalando lo siguiente: al hablar con tal esperanza de la posibilidad de cambiar el
mundo, no quiero dar la impresión de ser un pedagogo lírico o ingenuo. De esta forma, no
desconozco lo difícil que se hace, cada vez más, implicarse a favor de los oprimidos, de
aquellos a quienes se les impide ser (Freire, 1997, p.55).
De otra manera, legalmente la educación se apoya también con el marco internacional
dando a conocer lo que UNESCO, en la Declaración de Educación para Todos (1990), nos
da a conocer, que, en síntesis, dice sobre haber asumido el compromiso de establecer pautas
para una década de esfuerzos, con la construcción de acuerdos entre los países participantes
y las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para trabajar de la mano para dar una guía,
coordinar el proceso de la accesibilidad a la educación y fomentar una equidad.
Al igual de importante la UNESCO, Declaración de Salamanca (1994), representa un
compromiso relevante, pues en esta se encontraron a varios países con el interés sobre la
equidad de género para recibir educación como un derecho fundamental en la vida, además
de reconocer las características de los infantes al caracterizarlo como “único” para
