Page 18 - NATALIA SARAHI BARRIENTOS ESQUIVEL
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Con ello van acompañadas las alarmantes actitudes que toman los docentes por las
situaciones de aprendizaje que los alumnos están demostrando en las actividades dentro y
fuera de la escuela, dicen no observar ningún avance en el primer momento, sin embargo,
con el tiempo al haber trabajado junto a ellos esto ha cambiado, pero ¿Por qué? bueno es
prácticamente algo sencillo de responder, pero complicado de aplicar, porque que sí bien, ya
se encuentra en marcha un programa de pedagogía que apoya directamente a este problema
en el aprendizaje, las participaciones de los docentes dentro de este programa se encuentran
con la adversidad de que frente a grupo no suelen utilizar adecuaciones curriculares dentro
de sus planeaciones, tampoco tienen la cultura de corregir sus planeaciones con respecto a
las atenciones que sus alumnos demandan, aunque, se los puntualicen directivos o
administrativos del área escolar, no obtienen fácilmente este hábito de recibir orientaciones
o participar por una buena enseñanza para todos y no solo para el alumno “normal” como ya
se ha escuchado.
Dicho de otro modo, se puede observar escasez de alternativas pedagógicas por
atender este problema en la lectura y escritura dentro de la escuela. Por ello es necesario
indagar ¿De dónde nace esta negatividad por adecuar alguna actividad?, ¿Qué factores
afectan o facilitan a esta causa? y así ofrecer la propuesta en apoyo al alumno como al
docente.
Existe la sugerencia de abordar planeaciones o mejor dicho secuencias en las que sus
actividades sean llevadas a cabo como un juego más que una tarea por cumplir o una
obligación más en su día escolar, estas son diseñadas más que nada para darse en un aula de
recursos o en el aula de apoyo, pues están destinadas a cumplir no más de una hora de
duración las sesiones, pues se sabe bien que los niños no resisten mucho tiempo en constantes
actividades sentados o parados.