Page 58 - PAOLA GUADALUPE MIRELES ALEMAN
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comprometieran mucho el tiempo, ya que lo que estaba trabajando era el lenguaje
principalmente, no las habilidades motrices finas. Así mismo, noté que la parte de la rúbrica
también les tomó tiempo en entenderla, sin embargo, comprendí que era la primera vez que
hacían una actividad similar y no me pareció extraño.
Respecto al lenguaje oral, en esta actividad, siendo la primera que incluía el cuento
como actividad de desarrollo pude percibir a los alumnos motivados por ser una actividad
nueva e innovadora, fuera de lo que están acostumbrados a trabajar con sus maestras de grupo.
Cada uno de los alumnos que menciono en este informe (M.E, L.E, J, M, J. A, E, L, C y H)
realizaron los sonidos y los movimientos que el cuento indicaba, aparte de mostrarse
interesados en todo momento, por lo que me sentí satisfecha al ver que tuvimos un buen
comienzo en todos los salones.
La siguiente secuencia derivada del mismo cuento lleva por nombre “Bingo de “Ana,
la rana saltarina”, en donde comencé haciendo preguntas que me permitieran recatar
aprendizajes previos (sobre el cuento), luego repartí ranitas de papel a cada uno de los
alumnos y un globo para soplar sobre él, haciendo alusión a la lengua de la rana, este ejercicio
estimula y ejercita el aparato fonoarticulador, desde la respiración, el movimiento de la boca,
el control del aire, la saliva, la fuerza que aplica al inflar el globo, etc. En la actividad de
desarrollo les mostré una rana gigante a la que se le podía estirar la lengua y pudimos observar
objetos, personajes y escenas del cuento de “Ana, la rana saltarina” y como reto debían
mencionar en voz alta características de cada imagen que se les mostraba. Para cerrar la
secuencia jugamos al bingo, haciendo uso de las mismas imágenes, favoreciendo la atención y
la memoria, así como la comprensión y seguimiento de indicaciones.
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