Page 61 - PAOLA GUADALUPE MIRELES ALEMAN
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actividades que no favorecieron del todo el seguimiento del proyecto, por ejemplo, las rúbricas
que debían contestar los alumnos para evaluar el impacto del cuento. Me pude percatar de que
fue una actividad que no entendieron del todo y de cierta forma tampoco me dio resultados
confiables ya que no todos contestaban, o contestaban solamente por hacerlo, sin comprender
las preguntas y las escalas. Esto lo puedo concluir ya que cambié las preguntas y apliqué
dichas rúbricas en tres cuentos y en ninguna pude percibir resultados deseados. Esto me ayudó
a buscar otras actividades de cierre que me indicaran que los aprendizajes esperados se estaban
cumpliendo, como la actividad final de “Creando cuentos”, “Caperucita roja” o “La granja”.
Por otra parte, considero que una actividad pertinente que puse como rutina al inicio de
cada secuencia, fue el video del monito en donde realizábamos ejercicios motores orales ya
que pude observar una evolución en los niños y en los movimientos de la boca y de la lengua.
En las primeras sesiones los alumnos mostraban cierta rigidez en la lengua y no podían
moverla con tanta facilidad, lo noté especialmente en M.E, J, L.E y L de 1° y 2°B. En las
últimas sesiones pude percatarme de la facilidad que tenían para realizar los movimientos con
la lengua.
La idea de involucrar a las mamás de niños que pertenecen a USAER con cuentos
pertenecientes al plan de intervención, para que conocieran el proyecto y poder darles ideas de
como trabajar y estimular el lenguaje en casa con algo tan sencillo como los cuentos me
pareció muy acertada y me gustó recibir el apoyo de las tres mamás que asistieron, el
desempeño de cada una al narrar el cuento me dejó muy satisfecha, especialmente porque los
niños se mostraron muy interesados en los cuentos y en como las mamás hacían uso de
recursos expresivos y materiales para contar el cuento que les tocó.
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