Page 35 - REGINA COELI ARREDONDO SANCHEZ
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comunicación asertiva, responsabilidad, inclusión, resolución de conflictos y la
interdependencia.
2.1.3. La Importancia de la Educación Socioemocional
Ya que se ha conceptualizado el eje principal de esta investigación es importante
retomar la importancia de la Educación Socioemocional misma que está incluida en los
planes y programas vigentes para la educación de los niños, niñas y adolescentes que
pertenecen a los diferentes niveles educativos. Sin embargo, no solo se hablará de la
importancia que esta materia tiene dentro del ámbito educativo sino también dentro de la vida
del ser humano para poder lograr las metas y objetivos que se proponga de forma personal,
laboral, familiar, etc. La importancia de una buena educación emocional ha creado un interés
significativo de forma que se han elaborado ya diferentes programas que apoyen a los
docentes en la tarea del favorecimiento en las relaciones socioafectivas con sus alumnos.
Los centros escolares se han convertido en el ambiente en donde los estudiantes pasan
la mayor parte del tiempo, es ahí en donde estos aprenden y se ven influenciados por los
diferentes comportamientos, actitudes y experiencias que los rodean en ese contexto. Es por
ello que las instituciones se vuelven parte de la responsabilidad para que los alumnos cuenten
con las herramientas y habilidades necesarias, no solo académicas sino también emocionales
para formar ciudadanos capaces de regularse en situaciones que impliquen el uso de estas
habilidades.
Existen diferentes argumentos relacionados a la importancia de la educación
emocional en las personas (Álvarez, 2001 citado por Virola, 2005) señala diferentes
justificaciones al tema en cuatro situaciones o aspectos en la vida del ser humano:
1. Situaciones vitales:
a) En las vivencias personales de nuestra vida experimentamos emociones
continuamente. La satisfacción nos anima a actuar con ilusión; en el caso
contrario, nos podemos sentir irascibles y molestos por pequeñas cosas.
b) Continuamente estamos recibiendo estímulos que nos producen tensión
emocional: estresores del trabajo, interrupciones, imprevistos, conflictos,
malas noticias, pérdidas, enfermedades, reveses económicos...
