Page 26 - REGINA ELIZABETH GALVAN VILLARREAL
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directrices que favorezcan el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes,
considerando de gran importancia los apoyos necesarios para dar respuesta a la diversidad que
se presente en la institución.
Por otro lado, la cultura inclusiva es la búsqueda de procesos de construcción social y
la lucha contra la desigualdad; además, se relaciona con una educación “social, emocional,
académica y ética” que tiene como objetivo la transformación del clima escolar. Para diversos
autores la cultura inclusiva está orientada hacia la búsqueda de comunidades escolares seguras,
acogedoras y colaboradoras (Moliner, et al., 2016 como se citó en Jiménez, J. & Mesa P., 2020),
donde se propicia el enriquecimiento cultural de la comunidad educativa a través del respeto a
la diversidad, del intercambio y diálogo, la participación activa y crítica basada en igualdad,
justicia y solidaridad (Mateus, et al., 2017 como se citó en Jiménez, J. & Mesa P., 2020).
Por su parte, Slee (2001), sugiere que los docentes, a través de prácticas inclusivas,
deben comprender sus propias nociones de inclusión y verla como una totalidad en lugar de un
área segregada a una especialidad. Pues es necesario llevar a cabo un proceso reflexivo en el
que el docente reestructure su manera de ver la inclusión y aplique estos principios para llevar
a cabo prácticas más inclusivas que favorezcan a todo el alumnado.
Según Rubio (2015), para concretar las Prácticas Inclusivas se deben cumplir algunos
requisitos, como: diseñar diversos materiales teniendo en cuenta las características del
alumnado, usar diferentes estrategias de enseñanza aprendizaje, flexibilidad curricular, libertad
para que el alumnado decida qué y cuándo evidenciar su aprendizaje, ofrecer variedad de
actividades que motiven al alumnado, con diferente grado de complejidad para que por sí
mismas favorezcan la diversificación y organización óptima del tiempo.
De acuerdo con el Índice de inclusión de Booth, & Ainscow (2002), las políticas
inclusivas deben plantearse desde la perspectiva de su desarrollo, sin anteponer lógicas de
carácter administrativo o intereses de grupo. Es necesario que todas las modalidades de apoyo
se agrupen dentro de un mismo marco con el objetivo central de eliminar las BAP de la
comunidad educativa. Estas políticas deben estar sostenidas en un marco normativo acorde; las
culturas inclusivas, remiten a la necesidad de contar con comunidades escolares seguras,
acogedoras, colaboradoras, así como a la de crear ambientes de aprendizaje en los que se acepte
y valore a todos los miembros. Algunos de los valores que fomentan las culturas inclusivas son
igualdad, reconocimiento de derechos, participación, respeto a la diversidad, honestidad,