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                  dimensión de autoconocimiento se desarrollan una serie de subhabilidades como son la atención,

                  conciencia de las propias emociones, aprecio y gratitud, bienestar y autoestima.


                  2.1.3. La autoestima en la Escuela

                         Díaz  (2016)  menciona  que  la  autoestima  académica  es  muy  importante  dentro  de  la

                  autoestima global. Aquellos que tienen un buen desempeño en la escuela, por lo general no
                  presentan problemas de autoestima, y se sientes satisfechos con ellos mismos, también en otros

                  ámbitos. Los que tienen un bajo rendimiento escolar, en cambio, tienden a presentar una baja
                  motivación por aprender, se esfuerzan poco, se quedan con una sensación de frustración por sus

                  experiencias de fracaso, se sienten poco eficaces y evitan los desafíos escolares.  Normalmente

                  estos alumnos, presentan una autoestima baja. Cuando logran algún éxito tienden a atribuirlo a
                  causas externas (suerte, facilidad de la prueba...) y los fracasos a causas intrínsecas con lo que

                  estas atribuciones tienden a empeorar su auto concepto con un alto costo emocional, siendo el
                  freno al desarrollo de la autoestima.

                         Los niños con trastornos específicos del aprendizaje (problemas en la lectoescritura, del

                  lenguaje, concentración…) tienden a presentar rendimientos bajos o muy inestables, y muchas
                  veces,  experimentan  fracasos  escolares.  Su  autoestima  se  aprecia  disminuida  debido  a  esas

                  experiencias de fracaso repetidas.
                         El fracaso escolar supone que los problemas de rendimiento escolar y consiguiente baja

                  autoestima y ansiedad generada en el niño no sólo le afectan a él, sino que también repercuten

                  en su núcleo familiar. Éstos a su vez reaccionan de manera tal que en ocasiones agravan el
                  problema,  con  castigos,  retiro  de  afecto  o  desvalorización.  Si  la  familia  es  crítica  o

                  etiquetadora el  niño perderá interés, bajará su autoestima y estará en constante actitud negativa
                  por la baja opinión que se tiene de él. Si la familia apoya al niño mostrándole confianza en sus

                  capacidades (sean las que sean, es importante aceptarlo) y dándole apoyo necesario, a pesar de
                  mostrar dificultades, el niño logrará mantener una autoestima adecuada.

                         Por  lo  tanto,  la  escuela  y  la  familiar  pueden  ser  instituciones  que  respondan

                  apropiadamente  a  las  necesidades  del  niño,  logrando  evitar  que  se  produzcan  efectos
                  emocionales secundarios a las dificultades de rendimiento escolar.
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